viernes, 24 de mayo de 2013

"Mi apurado y pequeño ababol..."

Una de mis tantas tardes improductivas caí en un tumblr - palabro que todavía no sé cómo se pronuncia  - que rebloggeaba fotos a páginas amarillentas de poemas breves pero concentrados, como he aprendido en Literatura Comparada en una de mis pocas mañanas productivas. Me chocó un poema, que, si mal no recuerdo, rezaba:

"Me ahogo en un vaso de agua. 
Pero me ahogo."




Ababol apagado o fuera de cobertura.

sábado, 11 de mayo de 2013

Trayectoria circular

No me concentro porque es sábado y hace sol y hoy he leído que todo en el mundo tiene una trayectoria circular, que todo vuelve aunque haya cogido un tren dirección al fin del mundo. Que el miedo se pasa pero no para siempre, que la palabra infinito tiene límites circulares y es una mentira universal, igual que la palabra universo. Si Barcelona no fuera tan hostil cogería la bicicleta y me iría a comprar todos los libros que hablan de amor, pero de ese amor que vuelve siempre para matar a todos con la ironía del sinsentido.
Hoy me han dicho que el polen cuando se moja parece pintura y que con el pigmento de los árboles nos haremos una cabaña en el ciprés de un cementerio de muertos por amor. Pero no estamos aquí para hablar de algo que no conocemos.
Escribimos para sentir que hacemos algo (in)útil, para tener la ilusión de que vaciamos el infinito que da vueltas en nuestra cabeza y que encuentra  una calle sin salida en cada esquina que dobla.
Hoy me han dicho que cualquier ortografía pasada fue mujer mejor, pero yo no me lo creo, amor debería escribirse con h- porque entra sin hacer ruido y sale de un portazo haciendo eco en cada ventana. Pero no estamos aquí para hablar de algo que no conocemos.
Leemos porque tenemos la sensación de que de esa forma no nos faltan amigos, pero olvidamos que en cada libro hay varios enemigos.
Hoy he leído que el tiempo lo cura todo pero también he leído que todo vuelve y que el tango no se baila sólo una vez.
Me gustaría que en mi cama cupiera una maleta para viajar con todos los libros del mundo, pero pensándolo bien no los necesito porque las historias se escriben solas en cada costura de nuestro cuerpo.
Hoy me ha entrado hambre de letras pero he pensado que ya se calmará y que, de todas formas, la mejor manera de leer es releyendo. Releyendo y uniendo las pecas de Venus en una constelación infinita que en realidad no lo es tanto puesto que lleva el nombre de una sola estrella.
Hoy he oído que la gula es un pecado capital y la mejor absolución, leer hasta el infinito. 


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